Walker Evans

WALKER EVANS (EUA, 1903-1975)
"Mississipi".
Fotografía.
Firmada en el reverso.
Con sello al dorso: "Reproduced from the collection of the Library of Congress".
Medidas: 28 x 35,5 cm.

Walker Evans fue un fotógrafo y fotoperiodista estadounidense, fundamentalmente conocido por sus realistas y humanas imágenes de la vida rural cotidiana durante la Gran Depresión de 1930; sus fotos de aparceros en Alabama, al igual que las de Dorothea Lange, se consideran iconos del mundo moderno. Evans encontraba la belleza en los objetos banales y cotidianos, buscando producir fotografías inteligentes, autoritativas y trascendentes.

Nació en San Luis, Misuri, en una familia de clase media, y pasó su juventud en varias ciudades del este de Estados Unidos. Tras graduarse en literatura en la Phillips Academy, estudió literatura francesa durante un año en el Williams College entre 1922 y 1923, manteniendo siempre un gran interés por la literatura, ya que su primera ambición fue ser escritor. Por un tiempo, trabajó como auxiliar nocturno en la sala de mapas de la biblioteca pública de la ciudad, antes de viajar a París en 1926 para estudiar en La Sorbona, con el propósito de convertirse en escritor. En 1928, viviendo en Ossining, Nueva York, se interesó por la fotografía como un medio similar a la poesía para captar la realidad cotidiana, inspirándose en fotógrafos como Eugène Atget y August Sander. Trabajó como oficinista en una firma comisionista de bolsa en Wall Street de 1927 a 1929 y convivió con un grupo de artistas y escritores en Nueva York, incluyendo al novelista John Cheever y al poeta Hart Crane, con quien publicó tres de sus fotografías del Puente de Brooklyn en el libro de poesía El puente en 1930. Un año después, otro amigo, Lincoln Kirstein, le encargó una serie de fotos de casas victorianas en Boston.

En 1933, Evans pasó dos meses en Cuba fotografiando para ilustrar The Crime of Cuba (El crimen de Cuba), un libro del periodista Carleton Beals que denunciaba la situación de la isla bajo el mandato de Gerardo Machado y Morales. Durante su estancia documentó la vida callejera y la pobreza, e incluso se reunió cada noche con Ernest Hemingway, a quien prestó dinero para alargar su viaje y con quien dejó 46 fotografías por temor a la confiscación de las autoridades cubanas, las cuales fueron descubiertas y exhibidas hasta 2002. De regreso en Estados Unidos, el libro de Beals se publicó con 31 de sus fotografías.

Durante la Gran Depresión, en 1935, Evans comenzó a trabajar para agencias gubernamentales, iniciando con la Resettlement Administration (RA) y continuando con su sucesora, la Farm Security Administration (FSA), para combatir la pobreza rural. En el verano de 1936, se le asignó un proyecto para la revista Fortune junto al escritor James Agee en el Condado de Hale, Alabama; aunque la revista no lo publicó, en 1941 se editó el influyente libro Elogiemos ahora a hombres famosos, con las fotografías de Evans y los escritos de Agee, que retrata conmovedoramente la pobreza de tres familias de aparceros de raza blanca. Las fotografías de Evans convirtieron a estas familias en iconos de la pobreza de la Depresión, aunque décadas después algunos descendientes expresaron molestia por no haber recibido una copia del libro y por la imagen de ignorancia y resignación que, a su juicio, transmitía. Evans continuó en la FSA hasta 1938, año en que el MoMA presentó Walker Evans: American Photographs, la primera exposición monográfica sobre fotos arquitectónicas y la primera dedicada al trabajo de un solo fotógrafo en el museo. Ese mismo año tomó sus primeras fotografías en el metro de Nueva York con una cámara oculta, publicadas en 1966 en su libro Many are Called, y fue mentor de la fotógrafa Helen Levitt. En 1940 obtuvo una beca de la Fundación John Simon Guggenheim.