Seguidor de Guido Reni, Italia, s. XVII.

Seguidor de GUIDO RENI (Calvenzano di Vergato, Bolonia, 1575 – Bolonia, 1642).; Italia, siglo XVIII.
“Salomé con la cabeza de San Juan”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas y restauraciones.
Medidas: 130 x 90 cm.
Esta obra sigue el modelo de Guido Reni que se encuentra en la colección de la Galleria Nazionales d´Arte Antica de Palazzo Corsini, Italia. En esta recae todo el protagonismo en Salomé, que sostiene la bandeja con la cabeza del Bautista, como si fuese a ofrecerla al espectador. En esta versión del relato bíblico, Reni se centra en la puesta en escena del contraste entre el episodio narrativo -una doncella que lleva una cabeza cortada en una bandeja- y el rostro de Salomé, que dirige sus ojos al espectador, manteniendo al mismo tiempo una distancia gélida e impersonal, acentuada por la hábil técnica pictórica empleada por Reni, que hace emerger del lienzo sus ricos ropajes y su tocado mediante pinceladas largas y llenas de cuerpo.
Respeto a la obra de Guido Reni, es muy probablemente que fuese adquirida por el cardenal Francesco Barberini el 13 de diciembre de 1639. Entró en la colección Corsini como regalo de monseñor Bardi al papa Clemente XII (1730-1740), convirtiéndose inmediatamente en uno de sus cuadros más populares, como demuestran las numerosas copias que se realizaron.
Maestro indiscutible del clasicismo romano-boloñés junto a Albani y Domenichino, Guido Reni fue sin lugar a dudas el mejor de los tres. Muy ligados a los Carracci y a la ciudad de Bolonia, todos tuvieron una trayectoria similar. Se forman en Bolonia con Denys Calvaert, para después pasar a la Academia degli Incamminati, dirigida por Ludovico Carraci. En 1600 Reni llega a Roma, donde trabajará, junto a Annibale Carracci en la Galería Farnesio. Su mejor periodo se inicia en estos años; en 1609, a la muerte de Annibale, Reni queda como cabeza de la escuela clasicista. En la ciudad será protegido por Scipione Borghese, futuro papa Pablo V, para quien el pintor realizará una de sus obras más importantes, “La Aurora” (Palacio Rospigliosi). En ella se va algo que será ya siempre característico del estilo de Reni, su admiración por la escultura antigua. A partir de las estatuas clásicas, desarrolla un ideal de belleza y perfección que será muy admirado por los pintores siguientes. En 1614 regresa a Bolonia definitivamente. El estilo de Reni evoluciona en una dirección clara, en un sentido cada vez más escultórico y frío, cada vez más plenamente clasicista. Su obra madura se caracterizará por una paleta fría, de reflejos plateados. Finalmente, desde los años treinta, su estilo se torna abocetado, con aspecto inacabado y tendencia hacia lo monocromático, de gran interés desde el punto de vista técnico además de formal.Actualmente Guido Reni está representado en las pinacotecas más importantes de todo el mundo, entre ellas el Museo del Prado, el Hermitage, el Louvre, etc.