ELISEO MEIFRÈN ROIG (Barcelona, 1857 – 1940).
"Marina".
Óleo sobre tabla.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
El marco en madera dorada presenta ligeras faltas.
Medidas: 32 x 26 cm; 52 x 42 cm (marco).
Vemos en esta tabla una escena apacible protagonizada por la marejada de un mar activo, absolutamente protagonista, que parece un eco del ominoso cielo cargado de nubes. La composición es sencilla, evitando detalles anecdóticos que pudieran romper la atmósfera y la narración, y los elementos naturales –el mar y el cielo– son los absolutos protagonistas.
Pintor de paisajes y marinas, Eliseo Meifrèn es considerado uno de los primeros introductores del movimiento impresionista en Cataluña. Comenzó su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde fue discípulo de Antonio Caba y Ramón Martí Alsina, con quienes comenzó a realizar paisajes románticos de factura académica. Tras finalizar sus estudios, en 1878, se traslada a París a fin de ampliar sus conocimientos artísticos, y allí pudo conocer de primera mano la pintura a “plen air”, que le influiría poderosamente en sus paisajes parisinos de esos años. Asimismo, en París coincide con el inicio público del impresionismo. Un año más tarde realiza un viaje a Italia, en el curso del cual visitó Nápoles, Florencia, Venecia y Roma; allí tomó contacto con el círculo de artistas catalanes formado por Ramón Tusquets, Arcadio Mas i Fondevila, Enrique Serra, Antonio Fabrés y Joan Llimona, entre otros. Ese mismo año de 1879 participa en la Exposición Regional de Valencia, y obtiene medalla de oro. Ya de regreso en Barcelona, en 1880 debuta individualmente en la Sala Parés de Barcelona, donde seguirá exponiendo con regularidad desde entonces. Por estos años formará parte del grupo de los modernistas, y frecuentará Els Quatre Gats. En 1883 regresa a París, donde realiza numerosos dibujos y acuarelas con vistas de la ciudad y de sus cafés, que le valieron una calurosa acogida por parte de la crítica y el público franceses. A finales de los ochenta regresa de nuevo a Barcelona y continúa mostrando su obra en la Sala Parés, además de hacerlo en el Centro de Acuarelistas. Asimismo, en 1888 formará parte del jurado de la Exposición Universal celebrada en la ciudad condal. En 1890 regresa por tercera vez a la capital gala, donde participó en el Salón de Bellas Artes y en el de los Independientes de 1892, junto con Ramón Casas y Santiago Rusiñol, artistas con los que había formado el grupo pictórico de Sitges un año antes. En los años siguientes Meifrèn remitirá sus obras a numerosas muestras oficiales y certámenes, entre ellos las Exposiciones Nacionales de Madrid y Barcelona, y fue galardonado con tercera medalla en las Universales de París de 1889 y 1899, medalla de plata en la Universal de Bruselas de 1910, gran premio en la Universal de Buenos Aires de ese mismo año, medalla de honor en la Internacional de San Francisco de 1915 y gran premio en la de San Diego del año siguiente. También obtuvo el Premio Nonell de Barcelona en 1935. En 1952, el Ayuntamiento de Barcelona le dedicó una muestra retrospectiva, celebrada en el Palacio de la Virreina. Sus paisajes iniciales, caracterizados por un concepto académico y romántico, evolucionarán más tarde hacia un lenguaje impresionista; abandonado el preciosismo romano, la suya será una técnica de pincelada suelta y paleta clara, en la que la concepción lumínica se acerca a presupuestos de raíz simbolista, dentro de la órbita de Modesto Urgell. Actualmente está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el MACBA de Barcelona y el Thyssen-Bornemisza, entre muchos otros.