Francesco Sasso.

FRANCESCO SASSO (Génova, h. 1720-Madrid, 1776).
"Retrato doble del ballestero del Infante don Luis y de su capitán de monteros".
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 102,5 x 79 cm, 106 x 82,5 cm (marco).
Esta pintura, "Retrato doble del ballestero del Infante don Luis y de su capitán de monteros", presenta una escena íntima y a la vez cargada de sutilezas cómicas, enmarcada dentro del género del retrato costumbrista del siglo XVIII. La obra muestra a dos hombres de mediana edad, vestidos con ropajes de gala acordes con sus cargos en la corte, posiblemente vinculados a la casa del Infante don Luis de Borbón, hermano menor del rey Carlos III.

Ambos personajes están representados en actitud dialogante: el capitán de monteros, a la derecha, sostiene en la mano un pequeño recipiente decorado —posiblemente un frasco de rapé o medicina— que exhibe con gestualidad vivaz al ballestero, situado a la izquierda, quien observa el objeto con mirada crítica o curiosa a través de sus gafas bifocales. La indumentaria del ballestero destaca por su casaca celeste adornada con elaborados galones dorados, emblema de su función de corte y de su rango militar o palatino.

Uno de los detalles más llamativos y cargados de sentido anecdótico en la composición es la presencia de una pequeña mosca posada sobre la frente del ballestero. Este diminuto insecto añade una nota de humor y realismo a la escena, rompiendo con la solemnidad habitual del retrato oficial. Su inclusión puede interpretarse como un guiño irónico del artista o como un recurso para acentuar el carácter humano y cotidiano de los retratados. La mosca introduce un elemento inesperado, casi teatral, que parece distraer la atención del espectador y lo invita a contemplar la obra con una mirada más lúdica.

Pintada con notable atención al detalle, especialmente en las texturas de los tejidos y los rostros, la obra encierra una aguda observación de la psicología de los personajes, así como una representación verosímil de las costumbres y códigos sociales de su tiempo. Su estilo recuerda a las composiciones narrativas de la pintura de género dieciochesca, en la que el retrato no solo inmortaliza a los sujetos, sino que los inscribe en una pequeña historia visual, cargada de matices.
Las características pictóricas y la temática de la pieza, indican que la obra se acerca en gran medida a la pintura de Francesco Sasso. De origen italiano, Sasso se formó en la Academia de Génova, donde comenzó a impartir clases en el año 1751. A pesar de su faceta como docente, cabe citar que esta fue tardía, dedicándose en un primer momento a su carrera artística, en principio como decorador de estuco. En 1753 se trasladó a España, donde comenzó a trabajar como profesor de la academia de San Fernando. Más tarde, comenzó a trabajar en la ornamentación del palacio de “La Granja”, contratado por la reina Isabel de Farnesio, quien contó con su presencia en varios encargos, entre ellos la formación pictórica de su hijo, el infante Dos Luis, quien posteriormente tras la muerte de su madre, también contó con el pintor para varios proyectos pictóricos. Actualmente es recordado tanto por sus trabajos ornamentales, como también por sus miniaturas, que se popularizaron entre la corte.