Escuela italiana del s. XVIII.

Escuela italiana del siglo XVIII.
"Alegoría de la primavera"
Óleo sobre lienzo.
Reentelado.
Medidas: 107 x 179 cm.

Esta pintura de carácter alegórico se inscribe en la tradición barroca tardía, mostrando una escena mitológica llena de simbolismo, dinamismo y un estudiado uso del color y la luz. La escena se centra en un grupo de figuras femeninas en un paisaje bucólico y frondoso. El foco principal es una mujer sentada en el centro, vestida con una túnica blanca y un vibrante manto rojo que cae sobre sus piernas. Cabría renocer a Flora en ella (la diosa romana de las flores y la primavera, aunque también podría ser Venus, diosa del amor y la belleza). Su gesto, con la mano derecha levantada, sugiere que está impartiendo una enseñanza o presidiendo la reunión. Su mirada se dirige hacia una de sus acompañantes. A su alrededor se disponen otras jóvenes: Gracias o ninfas. A la derecha del espectador, una mujer le presenta una cesta llena de flores frescas. A la izquierda, otra joven vestida con un traje dorado mira hacia la figura central, apoyada cerca de un gran jarrón de estilo clásico también rebosante de flores. Detrás, otra figura femenina en una pose elegante y en un plano más alejado, a la izquierda, otras dos mujeres completan el grupo terrenal. Sobre el grupo, en un cielo azul intenso, revolotean dos putti (amorcillos alados). Uno de ellos sostiene una guirnalda de flores y flechas, un elemento clásico que simboliza el amor y la celebración. Las flores, presentes en la cesta, en el jarrón y en manos de los putti, son el símbolo principal de la obra, representando la fertilidad, el renacimiento, la belleza y la fugacidad de la vida.

El estilo de la pintura es característico del siglo XVIII italiano, con una clara herencia de la escuela boloñesa y romana del Barroco. Se utiliza una paleta de colores rica y cálida, dominada por los rojos, dorados y los tonos tierra, que contrastan con el azul vibrante del cielo. La luz juega un papel fundamental, modelando las figuras a través del claroscuro, creando volumen y destacando la suavidad de las telas y la piel.