MANOLO VALDÉS BLASCO (Valencia, 1942).
“El conde Duque”.
Serigrafía sobre papel. Arte final / prueba de color.
Obra catalogada en el libro “Fora de Serie, Serigrafies d´Ibero Suiza en la Col.lecció UPV”, Universidad Politécnica de Valencia, 2013, pag 134.
Presenta sello seco de la imprenta Ibero - Suiza.
Medidas: 116 x 68.5 cm.
En España, la empresa Ibero-Suiza acogió desde mediados de los años 60 hasta los 90 a los principales artistas españoles. El serígrafo José Llopis hizo de esta firma una referencia indiscutible en cuanto a estampación artística. Desde creadores vinculados al pop art, el optical art o el arte geométrico hasta Zóbel o Tàpies, pasando por artistas con un claro compromiso político como Renau, Genovés, el Equipo Crónica o el Equipo Realidad, todos encontraron en la serigrafía de Ibero-Suiza una técnica ideal para sus proyectos: les gustó su carácter industrial, sus procedimientos, los efectos y los matices que se obtenían, y la afinidad de todo ello con los los recursos de los medios de comunicación.
La Universidad Politécnica de Valencia homenajea a la serigrafía con la exposición y libro FORA DE SÈRIE. La muestra incluye, entre otras muchas, obras de autores de la talla de Renau, Saura, Tàpies, Yturralde, Equipo Crónica, Gordillo, Guerrero, Sempere, Equipo Realidad, Carmen Calvo o Mompó. Todas ellas forman parte de la selección de 71 serigrafías del Fons d'Art UPV herencia del histórico taller Ibero-Suiza (1963-1998) que atrajo a Valencia a los principales artistas españoles durante décadas.
Manolo Valdés fue el introductor en España de una forma de expresión artística que combina el compromiso político y social con el humor y la ironía. Inició su formación en 1957, año en que ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. No obstante, dos años después abandona los estudios para dedicarse plenamente a la pintura. En 1964 fundó el grupo artístico Equipo Crónica, junto a Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, en el cual permaneció hasta la muerte del segundo, en 1981, pese al hecho de que Toledo había abandona el grupo a los dos años de su fundación. Desde entonces se estableció en Nueva York, ciudad en la que reside actualmente y donde ha seguido experimentando con las nuevas formas de expresión, incluyendo la escultura. Entre los numerosos galardones que ha obtenido Manolo Valdés destacan los Lissone y Biella de Milán, la medalla de la plata de la II Bienal Internacional de Grabados de Tokio, el premio del Museo de Arte Bridgestone en Lisboa, el Premio Nacional de Artes Plásticas, la medalla del Festival Internacional de Artistas Plásticos de Bagdad, la Condecoración de la Orden de Andrés Bello en Venezuela, el premio del Consejo Nacional de Mónaco, la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes, el Premio de la Asociación Española de Críticos de Arte y el Premio al Mejor Artista de Estampa, entre otros. Formalmente, Valdés realiza una obra de gran formato en la que las luces y los colores expresan valores táctiles, debido al tratamiento dado a los materiales. Su obra fuerza a quien la observa a indagar en la memoria y buscar imágenes significativas de la historia del arte. Está representado en algunos de los museos más destacados de todo el mundo, como el Reina Sofía de Madrid, el Metropolitan, el MoMA y el Guggenheim de Nueva York, el Centro Georges Pompidou y el Fons National d’Arts Plastiques de París, la Kusnthalle de Hamburgo, el Kunstmuseum de Berlín y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre muchos otros.