DESCRIPCIÓN
EMILIO SÁNCHEZ PERRIER (Sevilla, 1855 – Granada, 1907).
"Vista de la Fábrica de la Cartuja desde el Guadalquivir".
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 44 x 75 cm.
El tema de la ciudad de Sevilla entrevista en la lejanía desde las aguas del Guadalquivir fue tomado en numerosas ocasiones por Emilio Sánchez Perrier. En este magnífico cuadro, el perfil de las torres de La Cartuja se recortan frente a un cielo suavemente tornasolado, bajo las luces del atardecer. Las aguas del río rielan en armónicos contrapuntos de grises y glaucos. La obra de Sánchez Perrier se centra en la pintura de paisajes y escenas acuáticas. Su estilo evolucionó del místico post-romanticismo de la escuela andaluza de comienzos del siglo XIX, al realismo más luminoso de Barbizón y los primeros impresionistas. Junto con el también sevillano Luis Jiménez Aranda, a quien visita cuando éste se establece en Pontoise, fueron los principales paisajistas españoles activos en París en los años ochenta. En la obra que aquí mostramos se deja sentir la influencia de la Escuela de Barbizon, aunque su técnica sea más minuciosa y su atmósfera más luminosa.
Pintor y acuarelista, sus temas preferidos fueron los paisajes y los temas orientalistas. Inició su formación en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde fue discípulo de Joaquín Domínguez Bécquer y Eduardo Cano, así como de Carlos de Haes, posteriormente, en la de San Fernando de Madrid. Más tarde se traslada a París para ampliar sus conocimientos, e ingresa en el taller de Auguste Boulard. Entró en contacto con la escuela de Barbizon, y solía frecuentar los talleres de Jean-Léon Gérôme y Felix Ziem. Se dedica a pintar del natural los paisajes de Fontainebleau y Barbizon, y expone en la Royal Academy de Londres y en el Salón de París. Regresa a España en 1890, y funda una colonia de paisajistas en Alcalá de Guadaira, provincia de Sevilla. Viajó con frecuencia a Granada, donde trabajó junto a Martín Rico. Fue comendador de la orden de Isabel la Católica, miembro de la Sociedad General de Bellas Artes francesa y de la Academia de Bellas Artes de Sevilla. Participó en numerosas exposiciones y obtuvo varios premios, entre los que destacan la mención de honor del Salón de París de 1886, la medalla de oro de la Exposición de Cádiz de 1879, y segunda medalla en la Nacional de 1890 y en la Universal de París de 1889. Está representado en el Museo del Prado, los de Bellas Artes de Málaga y Sevilla, el Boston Harbor Museum, el Nacional de Arte de Cataluña, el Camille Pissarro de Pontoise (Francia), y en colecciones como la Carmen Thyssen-Bornemisza, la Antonio Plata, la Mariano Bellver, la Valentín Carrasco, El Monte y las londinenses M. Newman y MacConnal-Mason, entre muchas otras.