Parte superior de una concubina. Antiguo Egipto, Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, reinado de Amenhotep III, 1390/1 a 1353/2 a.C.

Parte superior de una concubina. Antiguo Egipto, Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, reinado de Amenhotep III, 1390/1 a 1353/2 a.C.
Piedra caliza endurecida.
Procedencia: Colección particular, James Gordon Hanes Jr., North Carolina (EE. UU.) adquirido en la galería Mathias Komor, Nueva York, entre finales de los años 1950 e inicios de los años 1960. Con etiqueta de la galería Komor, n. 943. Colección particular Eldridge C. Hanes, North Carolina (EE. UU.) adquirido por herencia de su padre James G. Hanes Jr., en el año 1995.
El archivo Getty conserva una foto antigua.
En buen estado, sin restauraciones. Presenta golpes en la parte posterior derecha y un surco en la parte inferior izquierda, producido por la erosión en contacto con la arena del desierto. La piedra caliza presenta una superficie brillante sólida, se ha endurecido con el paso del tiempo llegando a compactarse.
Adjunta una carta de procedencia firmada por el Sr. Eldridge C. Hanes.
Paralelos:
-Pierre Bergé & Associés. Archéologie. Paris. 15 de Diciembre de 2009. Lote 155.
-Pierre Bergé & Associés. Archéologie. Paris. 17 de Junio de 2010. Lote 147.
-Petrie Museum. University College London. Londres. N. UC28687.
Medidas: 22 x 18 x 13 cm.

Parte superior de una escultura egipcia representando a una mujer con una placa posterior, tallada de forma rectangular. La mujer tiene ambas palmas de las manos extendidas sujetándose la peluca por ambos laterales. Este complemento es de una tipología muy concreta, una peluca tripartita ancha y gruesa, con mucho volumen, algo corta, propio de las producciones del Imperio Nuevo. La forma de las cuencas oculares tan perfectamente rasgada, junto con el tocado, encaja en el marcado estilo de la representación femenina durante el reinado del faraón Amenhotep III, teniendo como modelo las esculturas de la reina Tiy. Además la cara aunque esférica, se acentúa un punto alargada por la marcada barbilla, otro elemento distintivo de la estatuaria de esta época.
En el antiguo Egipto, ya desde la época de las pirámides, los enterramientos tenían un rico ajuar. De entre la multitud de elementos, obviamente todos con una simbología nada casual, destacaron unas finas esculturas, no siempre representadas, de unas siluetas femeninas desnudas, talladas en madera, posteriormente en el Imperio Medio modeladas en fayenza y en el Imperio Nuevo en piedra, con un marcado atractivo físico, con un halo de sensualidad. Sobretodo proveniente de su escasa decoración, desnudas con puntos dibujados sobre el cuerpo a modo de gargantillas y vestidos translúcidos. Este marcado carácter sexual, tan poco visto en el imaginario artístico egipcio pronto despertó la atracción de estudiosos y coleccionistas. Son concubinas o concubinas de los muertos. Su papel no está muy bien definido: ¿están destinados a asegurar la actividad sexual del difunto en el Más Allá y la procreación resultante.

La escultura presente por su estilo fisionómico ya descrito y su talla en piedra se enmarca en el Imperio Nuevo. Los ejemplos más claros, aunque no por ello comunes, ya que son piezas que no se ven con frecuencia sobretodo en cuanto a calidad y dimensiones considerables como ésta, sí que hay numerosos ejemplos en terracota o fayenza de pequeñas dimensiones, son en los que la bella dama está recostada sobre un lecho. El soporte posterior es posiblemente la representación de una cama, como puede verse en el mejor ejemplo completo aparecido en mercado en Pierre Bergé & Associés, en el catálogo Archéologie del 15 de Diciembre de 2009 lote 155. Algunos otros monumentos de piedra caliza con sólo la mujer reclinada se conservan en Bruselas (E. 2591), Florencia (2142) o Dublín (E. 72:77).