Ricardo Anckermann

RICARDO ANCKERMANN RIERA (Palma de Mallorca, 1842 – 1907).
“Personajes”.
Lápiz sobre papel.
Firmado con monograma en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 15 x 9 cm; 29 x 23 cm (marco).

Ricardo Anckermann inicia sus estudios artísticos en su ciudad natal, bajo la dirección de Fausto Morell. En 1870 se exilia voluntariamente, primero a París, donde trabajó con Cheret, y más tarde a Londres. De regreso a España estudia las obras de los museos madrileños y valencianos. Vuelve a Mallorca y obtiene la plaza de profesor de Natural y Anatomía Pictórica en la Escuela de Bellas Artes de Palma, de la que será director desde 1879 hasta su muerte. Concurrió a numerosas Exposiciones Nacionales, donde obtuvo varios premios: mención honorífica especial en 1864, dos menciones de segunda clase en 1867, y tercera medalla en 1887. Fue académico de San Fernando, y condecorado con las cruces de Isabel la Católica y de Alfonso XII. Anckermann es una de las personalidades artísticas más relevantes de la segunda mitad del siglo XIX mallorquín, no sólo por su actividad como pintor sino también por su labor como impulsor del mercado artístico (creó el Fomento de la Pintura y la Escultura) y como maestro desde la Academia de Palma. Como pintor ejerció un importante papel en la renovación de los lenguajes plásticos de entonces, dado que trajo de sus viajes al exterior nuevas experiencias que supondrían serios cambios en el panorama pictórico, inaugurando nuevas tendencias estilísticas e iconográficas. Algunas de sus experiencias más notables fueron la introducción del cuadro de géneros y exótico y la revitalización del paisaje, pero sobre todo interesaba su preocupación por la forma, especialmente la luz y el color, elementos que iban a convertirse en punto importante de investigación de casi todos los pintores locales. La obra de Anckermann presenta una gran complejidad, tanto estilística como temática, ya que cultivó diversas tendencias y géneros pictóricos simultáneamente a lo largo de su vida: pintura de historia, decoración mitoalegórica, pintura anecdótica, retrato, paisaje, etc. Es, de alguna manera, el máximo exponente del eclecticismo mallorquín de la segunda mitad del siglo XIX, aunque también se integra dentro del realismo, aunque reducido éste al género del paisaje. Se conservan obras suyas en el Círculo Mallorquín, el Ayuntamiento y la Catedral de Palma, la Fundación Barceló, la Universidad de Barcelona y el castillo de Bendinat. También son suyas decoraciones del Palacio Gual de Torrella, Son Vida en Palma y la fachada del Teatro Principal de la capital balear.