DESCRIPCIÓN
“BONIFACIO”; BONIFACIO ALFONSO GÓMEZ FERNÁNDEZ, (San Sebastián, 1934 – 2011).
Sin títulos, 2001.
Dibujos a tinta sobre papel (x3).
Firmados, fechados y dedicados.
Medidas: 25 x 17 cm; 29 x 21 cm; 49 x 80 cm (marco).
Aficionado al dibujo y a la pintura desde niño, Bonifacio vivió una infancia dura en la Casa de Misericordia de su ciudad natal, tras ser su padre fusilado en 1936. Desde su adolescencia se vio forzado a ejercer todo tipo de trabajos para sobrevivir, sin poder dedicarse plenamente a su pasión pictórica. Por estos años se centrará especialmente en la tauromaquia, hasta que una cornada le hará abandonar definitivamente los ruedos. En cuando a su labor artística, en 1954 Bonifacio obtiene su primer reconocimiento, el Primer Premio de Pintura de San Sebastián, por su obra “Cristo cubista”, y en 1955 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de dicha ciudad, para por fin iniciar su formación artística. Dos años más tarde, en 1957, comenzará a dedicarse exclusivamente a la pintura. En 1958 celebra su primera exposición individual, en Guipúzcoa, y ese mismo año viaja a París con Rafael Ruiz Balerdi, entrando en contacto allí con Mompó, Cuixart y Saura, entre otros. Tras una temporada exponiendo en el Ateneo Guipuzcoano y en la galería Aranaz Darrás, en 1966 alcanza por fin el éxito comercial en la galería Grises de Bilbao, sala donde solían exponer los artistas de El Paso. Conoce por esta época a Fernando Zóbel, quien le compra varios cuadros para el Museo de Arte Abstracto de Cuenca y le anima a trasladarse a dicha ciudad. En esta ciudad entrará en contacto con la vanguardia española, relacionándose con destacados artistas como Saura, José Guerrero y Zóbel, junto a los que trabajará y celebrará exposiciones. Será por tanto muy cercano al Grupo de Cuenca, si bien su obra se aleja desde el principio del formalismo esteticista de éste para tomar un camino personal de rasgos expresionistas, más cercano a movimientos de vanguardia internacionales como el grupo CoBrA o Willem de Kooning. Ya por estos años se aprecia en su pintura el trazo contundente que marcará su lenguaje, determinante de figuras rotas, descompuestas o inacabadas, y combinado con un color fluido y dinámico, a base de manchas. Desde entonces se dará a conocer tanto en España como en el extranjero. Bonifacio formará parte del grupo de artistas relacionados con la galería Juana Mordó, que lo presentó en las ferias de Basilea y Colonia. SU definitiva consagración llegará en las décadas de los setenta y ochenta. Elogiado por Jorge Oteiza, Bonifacio recibió galardones como el Premio Nacional de Grabado en 1993 o el Premio de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2005. En 2007 el Círculo de Bellas Artes de Madrid le dedicó una amplia retrospectiva, acompañada por el documental “La cicatriz de la pintura”. Actualmente Bonifacio está representado en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y en la Fundación Antonio Pérez, entre otras colecciones.