Bandeja decorativa. España, mediados del s. XX

Bandeja decorativa. España, mediados del siglo XX.
“Invasión de los bárbaros”.
Plata.
Con punzones.
Presenta restauración.
Medidas: 42 x 60 cm.

Se trata de un plato decorativo bañado en plata, trabajado con la técnica del “schiacciato”, sistema de modelado en el relieve escultórico utilizado por los romanos y perfeccionado en el siglo XV por Donatello, que consiste en disminuir proporcionalmente el bulto del relieve en función de la profundidad que se quiere representar. Esta técnica escultórica permite realizar un bajorrelieve con una variación mínima (a veces se habla de milímetros) respecto al fondo. Para dar al espectador la ilusión de profundidad, la gradual disminución de la profundidad del espesor se complementa con la aplicación rigurosa de las leyes de la perspectiva, que potencia el efecto visual. De este modo, mientras que personajes del primer término sobresalen mucho del plano, trabajados en altorrelieve, las escaleras y el empedrado del fondo se alzan mucho menos, y sus detalles están definidos con un cincelado más suave, de menor profundidad. Impresiona en este relieve el nivel de detalle alcanzado por el autor, que llega a definir con precisión la anatomía de los caballos e incluso los pliegues de las telas.
En la escena central se representa el momento en el que un grupo de bárbaros, encabezados por un primero que se adelanta al resto del grupo, entra violentamente en un importante edificio clásico, tal y como nos lo indican las majestuosas escaleras situadas al fondo. Con mucha probabilidad, los acontecimientos se desarrollan entre los siglos IV y XVI, periodo histórico caracterizado por las migraciones de los pueblos bárbaros, denominados así por los europeos ya que eran extranjeros y no hablaban la lengua común, es decir, el latín o el griego. Los protagonistas han sido realizados con gran detallismo, presentando su cuerpo únicamente tapado por unas túnicas que cuelgan, permitiendo ver su torso desnudo. Destaca la postura violenta de los bárbaros, quienes alzan sus lanzas mostrando su ira y valentía, y se giran en variadas y contorsionadas posiciones, configurando así una escena dinámica y llena de vitalidad que transmite a quien lo observa la tensión del momento. El artista de la pieza opta por no encuadrar el suceso, haciendo un guiño al espectador, ya que se presentan caballos cortados por el marco del plato, los cuales se aproximan por detrás y aluden a las grandes dimensiones que los ejércitos bárbaros presentaban en su día, insinuando así a la fuerza que significaban. En torno a la escena central se observa decoración en tres registros. El primero de ellos muestra una moldura configurada a partir de la repetición de pequeñas esferas, las cuales dividen el suceso central de una orla en la que se representan una serie en bajorrelieve realizada a partir de roleos y acantos. Este mismo patrón se repite en el tercero de los registros, de mayor anchura, el cual presenta un medallón central con el título de la escena.