Fragmento de estela griega, s. IV a. C

Fragmento de estela griega, siglo IV a.C.
Piedra caliza endurecida.
Medidas: 31 x 34 cm.
Fragmento de estela funeraria griega, datada en el siglo IV a.C. y tallada en piedra caliza, representando a dos personajes sedentes, un hombre y una mujer. Probablemente se trate de una representación del matrimonio fallecido, si bien podemos advertir la presencia de una tercera figura, que apoya su brazo sobre los hombros del personaje masculino. Ambas figuras aparecen vestidas con túnica, la mujer con un velo sobre la cabeza y el hombre con un manto. Están representados en actitudes serenas y equilibradas pero naturalistas, evidenciando ya los avances hacia el realismo y la expresividad de la escultura griega del periodo helenístico.
La escultura helenística representa el periodo final de la evolución de la escultura griega, y se desarrolló en el periodo comprendido entre la muerte de Alejandro Magno, en el 323 a.C., y la conquista de Egipto por parte de los romanos, entre el 30 y el 31 a.C. Se trata de un lenguaje ecléctico, secular e historicista, que toma como punto de partida la herencia de la escultura clásica del periodo anterior, a la que se suman nuevas influencias orientales. Supuso además el perfeccionamiento de la representación de la anatomía y la expresividad emocional humanas, así como un cambio fundamental en la estética, que deja a un lado el ideal para representar lo individual, pasando de lo genérico a lo específico. Así, se abandona el anterior ideal ético y pedagógico en favor de un nuevo énfasis de los aspectos humanos cotidianos, en un arte que tendrá lo estético como su principal fin, aunque ocasionalmente será también propagandístico. Este nuevo interés por el hombre y su vida interior, sus emociones, problemas y anhelos, dará como resultado un estilo realista que tiene a incidir en lo dramático, lo prosaico y el movimiento. Además, el helenismo aportó los primeros retratos individualizados y verosímiles del arte occidental. También se ampliará la temática, incluyendo desde ahora representaciones de la vejez y la infancia, de deidades menores no olímpicas y de personajes secundarios de la mitología, así como de figuras populares en sus trabajos diarios.