Atribuido a FRANS FRANCKEN II "El joven" (Amberes, 1581 – 1642).
“Abraham y los tres ángeles".
Óleo sobre cobre.
Medidas: 71 x 88 cm; 84.5 x 102 cm. (marco).
En esta obra se representa el episodio conocido como la aparición de Mambré, narrado en el capítulo 18 del Génesis (1-5). En él, Yavé y dos ángeles (figuras interpretadas posteriormente como una prefiguración de la Trinidad) se le aparecen a Abraham en el encinar de Mambré, bajo forma humana. El patriarca acoge a estos huéspedes en su casa y les da de comer, y durante la comida uno de sus invitados le reitera que su esposa Sara tendrá un hijo pasado un año. Es precisamente este momento el que plasma el pintor: el ángel situado a la izquierda aparece hablando directamente a Abraham, y éste lo escucha con atención, tal y como indica la posición de sus manos, propia de la gestualidad escenográfica barroca. En cuanto a sus características formales, esta obra combina un magnífico tratamiento de las figuras, monumentales y rotundas, con un entorno de paisaje y un tratamiento de las viandas y objetos propio de la pintura de bodegón. Así, sobre la mesa vemos con claridad los distintos alimentos, los platos de metal y cerámica esmaltada que los contienen, un especiero de torrecilla típico de la época y una delicada copa de vidrio. Frente a la mesa, en primer plano, se sitúan dos vasijas también trabajadas con afán descriptivo y riguroso naturalismo, una de cerámica esmaltada y la otra de metal, mostrando modelos propios de la platería y la cerámica barrocas.
La obra se encuentra inscrita dentro del barroco flamenco, además por sus características se atribuye a Frans Francken II. El más fructífero de su familia de pintores, se formó con su padre, Frans Francken I, y en 1605 ingresó en el Gremio de Pintores de San Lucas de Amberes, iniciando así una carrera que llegaría hasta 1640, en la que se especializó en la pintura de gabinete. Su aportación en este género fue de gran importancia, influyendo en artistas como Teniers. Su estilo parte del de Jan Brueghel de Velours, aunque también denota fuertes influencias de su padre y su tío, Hieronimus Francken. En sus primeras obras se aprecian deudas con el manierismo y la pintura del siglo XVI, tanto en la estructura de las composiciones como en el ritmo y la expresión de sus figuras. Incluyen, asimismo, referencias evidentes a la obra de artistas italianos como Rafael, Veronés o Zuccaro. Del mismo modo, se ha demostrado la utilización de estampas de Durero y Lucas de Leyden para algunas de sus figuras. Además de pintura de gabinete, Francken plasmó temas mitológicos y bíblicos, algunas obras de altar y, en colaboración con otros artistas, pintó las figuras en paisajes o escenas de interior de Tobias Verhaecht, Joos de Momper II, Pieter Neefs o Paul Vredeman de Vries, entre otros. Actualmente está representado en las más destacadas pinacotecas del mundo, como el Museo del Prado, el Louvre, el Museo Real de Bellas Artes de Amberes, el Kunshistorisches de Viena, el Hermitage de San Petersburgo y la Royal Collection de Londres, entre muchos otros.