Escuela andaluza; s. XVII.

Escuela andaluza; siglo XVII.
“Niño Jesús con los atributos de la pasión”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones en la superficie pictórica.
Conserva marco del siglo XVII con policromía de época posterior.
Medidas: 124 x 101 cm; 143 x 123 cm (marco).
En el centro de esta escena devocional encontramos la figura de Jesús Niño ataviado con túnica roja, símbolo de la pasión de Cristo. No solo la túnica, sino que todo el escenario en el que se desarrolla la escena ha sido concebido con la intención de mostrar al espectador el destino de este inocente niño de rizos rubios. En la zona derecha se yergue la cruz sobre la que se apoya la corona de espinas que queda en un travesaño, pero también vemos las lanzas y el látigo con el que acosaron a Cristo. En el suelo a los pies de la cruz los clavos y la palma del martirio que sirve compositivamente para crear una diagonal que enlaza con la escalera que se dirige hacia la izquierda de la escena, elementos que han sido dispuestos de tal manera que ensalzan la figura del protagonista. La zona izquierda también cuenta con un gran bodegón que narra los últimos momentos de Jesús, la bolsa con las monedas por las que Judas le traiciona, la Verónica, el gallo que alude al momento en el que Pedro reniega de Cristo y finalmente en la zona superior en un rompimiento de Gloria el ángel que se le presenta en el huerto de los olivos. En definitiva, el artista despliega toda una narración en torno a la inocente figura de un niño, superando las imágenes tradicionales donde el Niño suele aparecer únicamente con los clavos y la cruz.
El Divino Infante fue una tipología muy divulgada a lo largo del siglo XVII. El arte cristiano se deleitó a lo largo de su historia, y especialmente en la Edad Moderna, proyectando sobre la infancia inocente de Jesús junto a la representación de la cruz. El contraste entre la feliz despreocupación de un niño y el horror del sacrificio al cual estaba predestinado, fue concebido para conmover los corazones. Esta idea era ya familiar a los teólogos de la Edad Media, pero los artistas de entonces la expresaban discretamente, ya mediante la expresión preocupada de la Virgen, ya a través del racimo de uvas que el Niño estruja en sus manos. Será sobre todo en el arte de la Contrarreforma donde ese presentimiento fúnebre de la Pasión se exprese por medio de alusiones transparentes.