Escuela italiana, siglo XVII. Atribuido a GIOVANNI GOSEFFO DAL SOLE (Bologna, 1654 – 1719)
“María Magdalena en la cueva”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 48.5 x 38 cm; 63.5 x 53.5 cm (marco).
En esta pintura, seguramente destinada a la devoción privada, representa a María Magdalena orando en el interior de una cueva, ante una calavera, alzando su mirada hacia la luz divina que entra en el recinto por la esquina superior izquierda. El espacio de la cueva se aprecia oscura y la luz incide directamente en María Mgdalena. No obstante, la figura monumental y escultórica, realzada por un punto de vista alto, responde ya a una influencia italiana más propia del siglo XVIII. Por otro lado, la iluminación es teatral característica propia del barrco.
María Magdalena es mencionada en el Nuevo Testamento como una distinguida discípula de Cristo. De acuerdo con los Evangelios, alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su estancia en Galilea, y estuvo presente en la Crucifixión. Fue testigo de la Resurrección, así como la encargada de transmitir la noticia a los apóstoles. Se la identifica también con la mujer que ungió con perfumes los pies de Jesús antes de su llegada a Jerusalén, por lo que su atributo iconográfico principal es un pomo de esencias, como el que aquí aparece. En solitario, María Magdalena suele representarse como aquí vemos, haciendo penitencia en el desierto, arrepentida de sus pecados pasados, meditando sobre las Sagradas Escrituras. La historia de esta santa sirve de ejemplo del perdón de Cristo, y transmite el mensaje de la posibilidad de redención del alma a través del arrepentimiento y la fe.
Hijo de un pintor paisajista, dal Sole nace en Bolonia en 1654 y entra muy joven en el taller de Domenico Canuti, pero en 1672, cuando su maestro se traslada a Roma, queda en el estudio de Lorenzo Pasinelli. Hacia el 1674 dal Sole realiza sus primeros encargos, algunos retratos grabados para el libro de Malvasia sobre los artistas de Bolonia, 'Felsina Pittrice', y varios lienzos, hoy perdidos, mencionados por las fuentes. Hacia 1680, dal Sole, establecido en su propio taller, comienza una actividad independiente que, en sus primeros años, está dirigida sobre todo a las decoraciones al fresco. Ejemplo de esta actividad fueron sus obras en el Palacio Giandemaria, en Parma, y en el Palacio Mansi, en Lucca (1686), donde trabaja en colaboración con los también boloñeses, Aldrovandini y Chiarini, pintores de arquitecturas fingidas. En estas obras, dal Sole, muestra un influjo del arte de Pasinelli, pero es ya evidente en su estilo un cambio de rumbo que le lleva del barroco exuberante de Canuti o Pasinelli a fórmulas de un clasicismo arcaico y refinado, en las que hay referencias renianas y que enlaza con las obras de M.A. Franceschini, anunciando el rococó boloñés, delicado y sensible de Donato Creti. En 1692, dal Sole termina los frescos de la cúpula de Santa Maria dei Poveri, tal vez su obra maestra. Del artista se conservan numerosos lienzos de tema religioso y mitológico que, como sus frescos, constituyen un puente de unión entre el pleno barroco y el rococó