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SUBASTAS DE “Bastón de Sísifo” Manuel Morales Espinosa

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“Bastón de Sísifo” Manuel Morales Espinosa

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Lote: 35102628

Valor estimado: 1000-1200 €

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DESCRIPCION

Manuel Morales Espinosa (Almería, 1965).
“Bastón de Sísifo”, de la serie “La performance de la escultura”, 2011.
Mármol y hierro.
Medidas: 95 x 21 x 11 cm.
Manuel Morales se inició en el mundo del arte gracias a las clases que impartía el arquitecto y artista Juan de Andrés en la Escuela Municipal de Sant Boi de Llobregat. A lo largo de su carrera ha trabajado principalmente como performer, y ha sido uno de los fundadores del Festival Internacional de Performance de Barcelona, celebrado en el CCCB de Barcelona, la Casa Encendida de Madrid o el Centre International de Poésie de Marsella. Ha creado también esculturas públicas, como el Laberinto en espiral de 1998 en Sant Boi de Llobregat, o el Tio Vivo-Amical Mauthausen, de 2002, en homenaje a los españoles apresados en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen. En 2015 fundó junto a Domingo Martín la galería de arte “La Pescadería Sala de Creación”, proyecto que ganó el Premio Antoni Serra y Fiter de Artes Visuales. Entre sus exposiciones en solitario destacan Acció a Agramunt, en Lleida, 1997; El espíritu de la televisión, en La casa encendida de Madrid, 2004; Esculturas Duras, esculturas blandas, Barcelona, 2010; La dignidad de la arcilla, Barcelona, 2013.
En la presente obra el artista se inspira en el libro “El Mito de Sísifo” de Albert Camus. Según el artista: “Es la propia religión la que genera la desigualdad entre hombres y mujeres”, constituyendo “un lastre que se tiene que arrastrar”, a manera de roca de Sísifo. La obra se compone casi a manera de tótem: así, el relieve principal, tallado en mármol, representa la tibia, el fémur, la rodilla, en una talla sintética, donde se incorporan también algunos de los símbolos identificativos de las principales religiones mundiales. Sobre esta “pierna” se eleva un relieve abstracto que traduce matéricamente la sucesión numérica de Fibonacci.

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Yayoi Kusama (Matsumoto, Japón, 1929).
“Pumpkin”, 2013.
Resina serigrafiada.
Firma impresa en la base.
Edición desconocida. Se adjunta caja original.
Medidas: 10 x 7,5 x 7,5 cm (aproximadamente); 10,5 x 12,5 x 13 cm (estuche).
Artista contemporánea japonesa, Yayoi Kusama se instaló en los Estados Unidos en 1957, donde participó de forma personal e indirecta de la psicodelia y el Pop Art. Cansada mentalmente, regresa a Japón de forma definitiva en 1973, donde vive desde entonces en un hospital psiquiátrico, internada por voluntad propia. A lo largo de su carrera, Kusama ha sido distinguida con importantes galardones tanto en Japón como en el extranjero, entre los que cabe destacar la Orden de las Artes y las Letras francesa, en 2003, y el Praemium Imperiale japonés en 2006, dentro de la categoría de pintura. Esta artista ha adquirido especial notoriedad por sus instalaciones con espejos, globos rojos, juguetes y otros objetos, en medio de los cuales se situaba ella misma en escena. Sus obras de los últimos años son pinturas sobre cartón de estilo ingenuista. Entre las más recientes exposiciones dedicadas a su producción destaca la completa retrospectiva que le dedicó el M.N.C.A. Reina Sofía, en colaboración con la Tate Modern de Londres, en 2011, que posteriormente viajó a la misma Tate, el Centre Georges Pompidou de París y el Whitney Museum de Nueva York. Actualmente Kusama está representada en el MoMA de Nueva York, el Museo de Arte de Fukuoka, la Galería Nacional de Arte Moderno de Tokio, la Haus der Kunst de Munich, el Art Institute de Chicago y otros muchos museos y centros de arte de todo el mundo.

Lote: 35207463
Escuela española, siglo XVII.
"La Virgen con el Niño y santa Ana".
Madera tallada.
Medidas: 60 x 48 cm.; 72’5 x 62 cm.
La talla nos ofrece el grupo integrado por la Virgen con Jesús y santa Ana. María, representada como una mujer de aspecto juvenil, con los largos cabellos ondulados totalmente descubiertos, sostiene en su regazo al Niño, que se lanza, en un gesto pleno de naturalidad, con infantil ímpetu en busca del ramo de flores que le ofrece santa Ana. La madre de la Virgen adopta el aspecto de una mujer de edad avanzada, con la cabeza y el cuello totalmente cubiertos por tocas monjiles. Unos cortinajes actúan como telón de fondo de la escena, y aportan, con sus pliegues, dinamismo al conjunto. También ambas mujeres visten ropas de pliegues ondulantes, que generan un atractivo juego de curvas y contracurvas. Tras santa Ana se percibe un extremo del sitial en el que están sentadas las figuras, aunque la escena carece de otras referencias espaciales. Se ha buscado, voluntariamente, crear un ámbito atemporal, a lo que contribuyen las dos cabezas de serafines que enmarcan la composición en sus extremos superior e inferior. Las cabezas aladas de los ángeles, como la del Niño Jesús, presentan un aspecto rollizo, con mejillas llenas y labios gordezuelos, un aspecto que concuerda, como el agitado dinamismo de los pliegues de las ropas, con el gusto barroco.

Lote: 35207449
Escuela española, siglo XVI.
Virgen con el Niño.
Talla en alabastro policromada.
Medidas: 41 x 21 x 18 cm.
María, de pie, sostiene en su brazo izquierdo, junto a su cadera, al Niño. Jesús es una figura infantil de rasgos delicados y dulces, dinámica y llena de naturalidad, que se gira hacia su madre y apoya ambas manos sobre su pecho. Se trata de un gesto muy expresivo y lleno de ternura que alude, aunque veladamente, a la “Virgen de la leche”, a María alimentando de su pecho a su hijo, y que reafirma el vínculo físico y emocional entre ambos personajes. Por otra parte, es en función de este vínculo que la Virgen puede ejercer como mediadora, como abogada ante Cristo en favor del género humano. La Virgen de la leche, tanto en su versión explícita como en versiones más alusivas o simbólicas como la que ahora presentamos, se popularizó en los últimos siglos de la edad media, en tiempos del gótico, tanto en la pintura como en la escultura, cuando se insiste en la comunicación, en la relación emocional entre ambos personajes. Muchas de estas tipologías mantuvieron su vigencia, por otra parte, en época moderna, a lo largo del Renacimiento y el Barroco. La pieza que ahora presentamos mantiene importantes vínculos con el último arte gótico. El artista emplea un canon esbelto, alargado, y el cuerpo de la Virgen se curva ligeramente, doblando la rodilla derecha, visible a través de los pliegues del manto, generando así cierto contraposto, cierto desequilibrio que otorga dinamismo a la talla. El Niño, por su parte, gira también el torso, acentuando de nuevo el movimiento y la expresividad del conjunto. María viste una túnica larga y un manto que cruza por delante de su cintura y queda recogido en su brazo izquierdo, generando así un atractivo juego de pliegues. El diseño de las ropas y el trabajo de los pliegues conecta también, como la tipología, con el último arte gótico. La talla ha sido realizada en alabastro, una piedra de dureza y blancura similar al mármol, con cierta cualidad translúcida que la hizo muy apreciada a lo largo de la edad media y el renacimiento para la talla escultórica. El alabastro se ha dejado en reserva en buena parte del manto de la Virgen, pero ha sido policromado puntualmente para otorgar mayor verismo, naturalismo, al conjunto. Se han policromado los cabellos, las carnaciones, la túnica y velo de María, y se han añadido motivos decorativos a la túnica de Jesús y al manto de María.

Lote: 35207438
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Madera tallada y policromada.
Con adiciones del siglo XIX - XX.
Medidas: 112 x 72 cm.
El conjunto se sostiene sobre una base moldurada, tripartita. Sobre la zona central se sitúa un nudo o macolla de potente inspiración arquitectónica, que sostiene un crucifijo, con cuatro brazos prácticamente de las mismas dimensiones, decorados con cuarterones moldurados. Del crucifijo pende la imagen de Jesús, clavado con tres clavos. Presenta una actitud desmayada, con la cabeza, coronada de espinas, caída sobre el hombro derecho, signo inequívoco de su muerte, y una anatomía notablemente contorsionada, propia del gusto de la época barroca por el dramatismo y el naturalismo de signo cruento. A lado y lado del crucifijo, sobre las otras dos bases de la moldura tripartita que sostiene el conjunto, se sitúan las figuras de la Virgen y de san Juan evangelista. María, vestida con hábito monjil, se lleva una mano al pecho mientras extiende la otra en inequívoco signo de dolor por la muerte de su hijo. San Juan evangelista, por su parte, con túnica larga y manto ondeante, muestra su compunción uniendo las manos a la altura de la cintura. El estilo de estas dos figuras, el tratamiento de los pliegues, la anatomía subyacente y la policromía, parece indicar que se trata de piezas algo posteriores a la factura del crucifijo y el Cristo central, tal vez del siglo XIX o incluso de principios del siglo XX. Debieron sustituir, en todo caso, a dos piezas de iconografía análoga, pues la Virgen y san Juan evangelista son los testigos habituales de este tipo de crucifixiones sintéticas.

Lote: 35207697
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Medidas: 83 x 32 x 28 cm.
San Luis, hijo de la infanta castellana Blanca y primo del rey castellano Fernando III el Santo, fue coronado como rey de Francia en Reims en 1226, falleciendo en Túnez en 1270, en el marco de la Octava Cruzada. Su madre le imbuyó de un fuerte sentido religioso y perteneció a la orden franciscana seglar. Entre las obras que legó a la posteridad se cuenta la construcción de la Sainte Chapelle de París, una excepcional arquitectura gótica, construida expresamente a manera de joyel o relicario, para guardar y exponer la colección de reliquias sagradas que el rey se ocupó de traer de Oriente, a fin de preservarlas de los infieles musulmanes. Entre estas reliquias se contaba la corona de espinas, la lanza con la que se infligió a Cristo la herida del costado y otras. La corona de espinas es, justamente, lo que el rey sostiene con la mano izquierda, tapada con el manto, en signo de respeto, a fin de no tocar directamente la reliquia con las manos. Por lo demás, la figura viste arnés militar completo, como corresponde a su condición de cruzado, ostenta una alta corona rematada con florones y sostiene, con la diestra el bastón de mando.